caridad No hay más de un misterio
caridad No hay más de un misterio
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Este acto de devolver una parte de lo que Alá nos ha poliedro es una forma de examinar su dominio sobre nuestras vidas y expresar reconocimiento por sus bendiciones.
Sin embargo, si nuestra meta es acumular tesoros en el paraíso, viviremos una vida de obediencia a Jehová usando nuestros bienes para su servicio y para extender su reino en la tierra. El uso que demos a nuestro dinero reflejará el corazón de Todopoderoso.
Esta praxis estaba destinada a sostener el trabajo del templo y del sacerdocio, y asimismo a mostrar reconocimiento y gratitud por las bendiciones recibidas.
A partir de aquí desaparece toda clase de roces, siendo valentísimo el mutuo entendimiento entre la Iglesia y el Estado, quienes se distribuían los diezmos con arreglo a lo establecido.
Al topar el diezmo y ofrendar, nos estamos desprendiendo de nuestra confianza en las posesiones materiales y estamos poniendo nuestra confianza en Altísimo como nuestro proveedor.
Una ocasión hecha la siega por las cuadrillas de segadores que hoz en mano iban dejando tras sí las gavillas, el acarreo de éstas hasta las eras y la monótona operación de la trilla que terminaba con el aventado, se hacía en la Bancal el montón de grano, no obstante limpio de polvo y paja: este montón era intocable hasta que el diezmero y las partes interesadas hicieran la debida estimación de lo cosechado.
La iglesia debe usar las ofrendas y diezmos conforme a lo que dicen las Escrituras. Esto quiere afirmar que se usarán para la extensión del reino de Jehová, para sostener a los que predican la Palabra y para aliviar las evacuación de los que atraviesan dificultades económicas.
No es posible separar el bienquerencia del dolor ni el dolor del amor; por esto, el alma enamorada se alegra en sus dolores y se regocija en su apego doliente (SAN PABLO DELA CRUZ, Carta 1).
8. Siendo que Elena White no envió siempre sus diezmos a través de la iglesia local y los canales de la asociación, ¿en voz baja yo en voluntad para seguir su ejemplo? Algunos ministerios independientes, en un esfuerzo por razonar el recibir y/o solicitar diezmos por parte de feligreses adventistas, han defendido su práctica basándose en que al principio del siglo pasado, la Sra. White usó una parte de sus diezmos para auxiliar a ministros negros y blancos –mayormente los de los estados del sur, quienes eran indigentes, y muchos de ellos jubilados. En primer lado debemos reconocer que la evidencia que tenemos acerca de Elena White indica que ella diezmaba en forma cuidadosa y fiel. En 1890 ella afirmó: “Yo devuelvo mi diezmo adecuado y alegremente, diciendo, como lo hizo David: de lo recibido de tu mano te damos”. Aquellos que utilizan historias acerca de sus prácticas al diezmar para apoyar la desviación del diezmo de la gestión de la organización traicionan su enseñanza. Aquellos que se preocupan porque el diezmo está siendo mal utilizado y dejan de darlo, harían correctamente en percibir las siguientes dos declaraciones de Elena de White: “El diezmo es sagrado, y ha sido reservado por Alá mismo.
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Esta fue la época de la acumulación de tributos que al principio hemos descrito; aquella en que el hecho de acampar los soldados de los Tercios españoles en un pueblo significaba para éste algo comparable al paso de la peste. Fueron los siglos de la proceso histórica en torno a nuevos conceptos filosóficos y diferentes planteamientos de la vida social durante los cuales se diluirían progresivamente, hasta perderse por completo las estructuras feudales tal como estuvieron planteadas durante siglos, hasta consolidarse la burguesía con fuerza real y personalidad propia.
Más aun, debemos orar por ellos y no dejarnos vencer del mal, sino vencer el mal con diezmo el perfectamente (Santo ANTONIO MARIA ZACARÍCampeón, Sermón a sus hermanos de religión).
Bernard N. Howard Cuando se examinan los conceptos de la “crianza respetuosa”, se encuentran al menos dos que se oponen a las doctrina bíblicas sobre la crianza.
Amando al prójimo y preocupándote por él, progresas sin duda en tu camino. Y ¿en torno a donde avanzas por este camino sino hacia el Señor tu Altísimo, hacia aquel a quien debemos amar con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente?